Revista TRACE número 86

Este dossier examina cómo diversos actores católicos en México, entre finales del siglo XIX y principios del XX, contribuyeron a la formación de una ciudadanía activa desde una perspectiva religiosa. Tania Hernández analiza cómo el papa León XIII promovió, a través de sus encíclicas, una visión del buen cristiano como ciudadano comprometido con el bien común. Ariadna Guerrero destaca el papel de Immortale Dei como guía para los católicos mexicanos en su participación política frente al modelo liberal.

Sofía Crespo estudia a la Unión Nacional de Damas Católicas, y muestra cómo mujeres de clase alta rompieron con su rol tradicional al crear redes ciudadanas basadas en valores religiosos.

Por su parte, Franco Savarino analiza el caso de Chihuahua, donde el catolicismo local, con respaldo institucional y comunitario, impulsó una ciudadanía cívico-religiosa que resistió las tendencias autoritarias. En conjunto, estos estudios revelan que el catolicismo no fue un obstáculo, sino un motor significativo en la construcción de la ciudadanía moderna en México.