Árboles imaginados y otros poemas
Leer el libro Árboles Imaginados es como entrar a un bosque de verdes palabras. Al pasar por las distintas brechas de cada página, podemos degustar el canto de los casi invisibles pájaros en las ramas de un bonsái, disfrutar cómo la naturaleza florece en la crin de un caballo de madera (árbol, a fin de cuentas) o nadar a nuestras anchas en el río de lágrimas de un sauce llorón. En este poemario, Ramón Iván nos regala su compañía para llevarnos de la mano. Primero, a plantar la tierna semilla de su palabra literaria. Posteriormente, mientras recorremos los senderos de la selva de este libro (su selva lírica), nos muestra que también existen árboles imaginados e imaginarios, como el árbol genealógico donde, tal vez, tus antecesores sembraron las bellas semillas de la palabra. O como el poeta refiere: "Árboles que no son árboles y si lo son". Aquí menciona al árbol de leva, el árbol navideño y otros que podemos descubrir y disfrutar al leer cada texto que integra este florido y verde árbol de la poesía de Ramón Iván. Al final del camino, nos invita a salir de su bosque Árboles Imaginados, pero a la vez nos invita a volver cuando escribe en el colofón con que cierra su libro: "recolectaremos de la amistad los frutos/y después sembraremos sus semillas".