José Clemente Orozco es un referente histórico en las conversaciones culturales como uno de los tres grandes maestros del muralismo mexicano. Sin embargo, son pocos los textos que se relacionan directamente con Orozco, su vida y los verdaderos motivos que lo llevaron a convertirse en uno de los muralistas más grandes de todos los tiempos a nivel mundial. Poco se sabe de cómo nació la idea del muralismo mexicano y de cómo este se convirtió en un puente de comunicación e instrumento para difundir los valores del presente y el pasado mexicano, lo que conformaba la realidad mexicana de aquellos tiempos.

Fue Coyoacán, elegido por el maestro Orozco, un lugar histórico desde hace más de 500 años, conocido como “lugar de los dueños de los coyotes,” caracterizado por un número considerable de casas coloniales y de la época del Porfiriato. A lo largo de los siglos, este lugar ha abierto sus puertas a artistas e intelectuales, y en la actualidad, muchas de esas casas se han convertido en museos, galerías, centros de cultura y librerías.